Empezamos el año y con él las muchas promesas, compromisos,
deseos y objetivos que nos colocamos en nuestra mente mientras vamos
comiendo las uvas de la media noche o escuchando un cohete explotar
cerca de nosotros. Es probable que en tu lista de objetivos esté bajar de
peso, aprender otro idioma o quizás ahorrar, sin embargo, te has
preguntado ¿qué pasaría si este año mejoras la relación que tienes con tu
voz?
En un mundo de emails, redes sociales, likes y chats hemos perdido
nociones básicas de la comunicación humana, al punto que hoy muchas
personas “piden permiso” por chat para preguntarle a esa otra persona si
la pueden llamar por teléfono o bien encontramos muy común comentarios
de “yo no envío ni escucho mensajes de voz”, pero déjame contarte algo
para que redimensiones en tu mente el poder de tu voz.
La voz humana es única, nadie en el mundo tiene tu voz, imagina tus
huellas dáctilares que más nadie las tiene, ahora imagina que esas huellas
pudieran hacer sentir, convencer, discutir, expresar, amar, ilusionar o vivir
de ellas; definitivamente tus huellas dactilares no pueden hacer eso, pero
tu voz sí. Si no me crees pues pregúntate a ti mismo si no recuerdas el
sonido de la voz de tu profesora de matemática? O si no recuerdas la voz
de tus padres cuando estaban llenos de emoción por algo que los hiciste
sentir orgullosos o la forma en que un jefe te dijo “estás contratado”.
Entonces si sabemos que la voz es una herramienta tan simple como
poderosa, con tantas aristas, con tanta capacidad de mover el mundo, con
el poder de dejar tu huella y no la utilizamos a nuestro favor es como si
Superman pidiera un taxi, teniendo él una capa roja y grande para poder
volar por el cielo hacia donde quisiese ir.
Comienza hoy una mejor relación con tu voz.
Por: Norberto Antonio Testa Socorro